La escuela, en el mejor de los casos, hace que seamos cultos en el futuro, que tengamos un manejo casi motriz de la gramática, la lógica y las ciencias.
Lo otro, que no llaman educación determina lo que vamos a comer, de qué manera nos vamos a proveer, cuales van a ser nuestros gustos, qué cosas vamos a perseguir en la vida y por sobre todas las cosas, determina cuales van a ser nuestras aspiraciones. La escuela no nos programa para esto. Pero lo otro, que no llaman educación sí nos va programando en forma intensiva y permanente.
Si partimos de la definición de que educar es influir sobre las aspiraciones de las personas. Entonces, eso que no llaman educación, educa más que la escuela.
Lo que no llaman educación nos enseña que no hace falta saber producir nuestros alimentos, que hay que vivir para comprarle todo a unas pocas empresas, que el placer no está en lo que uno hace, si no en lo que uno compra, que todo lo que hay que aprender en la vida, es a soportar un trabajo sin vocación para comprar satisfacción, y que la satisfacción viene de lo que se compra.
Eso que no llaman educación nos enseña que cada vez que una persona tiene sed, tiene el derecho de excretar un envase de plástico, cada vez que uno va a comprar alimentos tiene derecho a comprar envases, envoltorios y bandejas plásticas. Nos enseña que los alimentos industrializados se pueden comer todos los días, y que eso no daña la salud.
Sin embargo cada año se ven en las escuelas más niños obesos o calvicie de quimioterapia, muchas enfermedades que eran de viejos como artrosis, osteoporosis, hemorroides son hoy comunes en niños y adolescentes.
Aprender a producir alimentos es Ecología. También es ecológico aprender a producir electricidad, agua y gas en vez de comprár. Aprender a comer y a cocinar sano y nutritivo es Ecología, dejar de comprar alimentos industrializados es Ecología, porque las empresas, al tener mercados tan grandes están obligadas a transportar sus productos a grandes distancias y contaminan con tanto transporte.
Si la escuela no nos muestra una forma de vivir sustentable, avala por omisión lo que enseñan los medios de difusión masiva.
No sabemos comer, producir ni vivir sin los monopolios.
En este siglo se acabará el petróleo y las Grandes Empresas dejarán de dominar los mercados por falta de combustible para tanto transporte. Habrá que comer todo natural y producido en la zona. Habrá que aprender a cocinar y a producir sin productos químicos. Los problemas de la contaminación y del derroche de recursos desaparecen con el petróleo escazo o caro. Esta economía que nosotros conocemos deja de ser factible.
El sueño de vivir sin contaminar pasa a ser realidad y la forma de vida que conocemos como única posible pasa a ser una quimera.
Nos queda una pregunta, ¿qué se acabará primero, el petroleo o el aire?
fuente: Antonio Urdiales Cano
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